CIUDAD DE MÉXICO. Gisel Berdón Yam tiene 14 años y juega como media y delantera en el equipo de futbol de Girls United (Chicas Unidas), en Bacalar, Quintana Roo, desde hace casi medio año. Aunque practica el deporte desde los ocho, entrenar de manera formal le ha permitido sentirse más segura y enfocada en sus metas diarias.

“Disfruto mucho jugar y entrenar. Me gusta convivir con mis amigas durante los partidos. He notado que desde que comencé a practicar futbol puedo aprenderme las cosas más rápido y comprenderlas mejor”, explica Gisel. Confiesa que cuando algo le cuesta trabajo, es persistente hasta que lo logra: “El futbol me ha enseñado a no rendirme”, dice. Pues la constancia y disciplina son habilidades que el deporte ha sembrado en ella.

Practicar futbol te da cierta “garra” en la vida diaria, describe Romina Calatayud, CEO y fundadora de la escuela de futbol Chicas Unidas. Romina juega desde que tiene tres años y decidió formar esta academia como proyecto de emprendimiento en Londres, Reino Unido, y aplicarlo en México porque sabe que el balompié es una herramienta de cambio para reducir la inequidad social y para que las niñas tengan más potencial en su futuro laboral y académico.

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Chicas Unidas es una academia de futbol con ocho sedes en México y Londres, que desde 2017 ha formado a más de 2,000 jugadoras de entre 6 y 18 años. Algunas buscan ser profesionales; otras, simplemente, disfrutar del deporte como un pasatiempo.

Sin duda, practicar soccer agudiza habilidades como el trabajo en equipo, la comunicación, la resiliencia, la adaptabilidad, la empatía y el control del estrés; la clave está en practicarlo desde temprana edad para que cuando las o los jugadores se enfrenten a situaciones de conflicto en su vida personal o laboral, puedan salir avante, conseguir un empleo o convertirse en una o un buen líder, sugieren especialistas.

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Tiempo extra en la cancha… laboral

La consultora de negocios McKinsey realizó recientemente una encuesta en la que aborda cómo en las empresas ha surgido la urgencia por desarrollar life skills o habilidades blandas en sus colaboradores como: la empatía, el liderazgo y la adaptabilidad, o encontrar a trabajadores que ya las posean. Esta urgencia se agudizó a raíz de los cambios en los modelos laborales, derivados de la pandemia por COVID-19.

Pero, ¿qué buscan hoy las organizaciones? De acuerdo con McKinsey, se requiere que las y los colaboradores posean habilidades de liderazgo y gestión de personal; pensamiento crítico y toma de decisiones; gestión de proyectos, adaptabilidad y aprendizaje continuo; habilidades digitales básicas, habilidades interpersonales y de empatía. En segundo término están las habilidades duras como el análisis de datos, las matemáticas, estadística, interpretación de información compleja, competencias avanzadas en tecnologías de la Información y programación.

En cuanto a las mejores maneras para despertar en las personas los _ life skills_, también concidos como soft skills, el campo de la psicología respalda que la práctica de algún deporte es un buen camino para ello.

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Lizbeth Rojas Aguilera, psicóloga deportiva de las Fuerzas Básicas y Liga de Expansión de Las Chivas del Guadalajara, y quien atiende a jóvenes de entre 16 y 26 años, menciona que la mejor edad para comenzar a practicar un deporte es desde los cuatro o cinco años.

Cabe resaltar que a esa edad, es importante que el niño o niña realice un deporte que le agrade, de lo contrario podría resultar contraproducente y provocar en él o ella un sentimiento de aversión a todo tipo de deporte, sentimientos de duda o hasta el síndrome del impostor.

Específicamente en Girls United, las entrenadoras trabajan seis habilidades de vida con las jóvenes: la confianza, la resiliencia, la toma de decisiones, el liderazgo, la determinación y la comunicación asertiva.

Alexa Bricela Viera Clarke, coordinadora Deportiva de Chicas Unidas y Líder de la sede Chetumal, lleva 10 años como entrenadora profesional y fue la primera mujer árbitro profesional del sureste del país. Ella asegura que el futbol ha cambiado la mentalidad de las jóvenes que hoy lo practican y disfrutan en su región. “El deporte te ayuda a ser constante y disciplinada; herramientas que te impulsa a cumplir cualquier meta”.

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La comunicación

Desde la perspectiva de la psicóloga deportiva Lesly Castellanos Cepeda, quien atiende a las Fuerzas Básicas de Los Gallos Blancos del Querétaro, donde hay jóvenes de entre 13 hasta los 21 años, la comunicación es otra fortaleza que se desarrolla en la cancha de juego.

El balompié exige una comunicación fluida entre las personas que integran el equipo y es muy probable que quien lo practique se convierta en una o una buena persona comunicadora, extrovertida y clara; capaz de generar atención e interés en la persona que sea su interlocutora. “Son chicos o chicas que se muestran seguros al hablar y tienen presencia”, agrega Lizbeth Rojas.

La creatividad y la colaboración

Para Castellanos Cepeda, la creatividad es otra habilidad de vida que el futbol detona en quienes lo practican. “A veces las circunstancias que se dan en los entrenamientos no son las mismas que hay en la cancha, y las y los jugadores deben percibir cómo resolver las situaciones que se presentan en los partidos. Ahí es donde la creatividad les ayuda a encontrar soluciones”.

Rojas Aguilera explica que otra de las habilidades propias del futbol es el trabajo en equipo. “En este deporte las y los jugadores trabajan bajo la misma meta y en el cómo alcanzarla. Cada integrante, de manera individual, se responsabiliza de su tarea, pero no de manera aislada, sino colaborativa. Con esta dinámica se busca sacar lo mejor de cada jugador y, como jugador, sacar lo mejor de sus compañeros para ganar el partido. Esta exigencia hace que las personas que practican soccer, tengan mayor competitividad a nivel interno como externo”, explica.

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El trabajo en equipo va de la mano de la colaboración, suma Castellanos Cepeda. “El futbol es un deporte en conjunto, necesitamos trabajar en equipo pese a los egos o protagonismos. La filosofía que se busca es que para tener resultados hay que trabajar en conjunto. La colaboración te permite aprender a trabajar con personas que te pueden caer bien o no”.

La adaptabilidad y la gestión del tiempo

En efecto, la vida de una o un jugador de futbol es una montaña rusa; ganar y perder partidos es el pan de cada día. Esta situación detona en las y los jugadores un shot de emociones que solo se estabiliza trabajando la adaptabilidad, explican las psicólogas.

“Frente a una mala semana de juego o una lesión, las y los jugadores deben adaptarse a la situación y encontrar una estrategia para afrontar el cambio. Más allá de verlo como un fracaso, una persona que practica futbol sigue trabajando otras habilidades que en su momento le ayudarán para afrontar dicha lesión y su regreso al campo de juego”, dice Lizeth Rojas.

La gestión del tiempo es una herramienta más a la que te empuja el futbol, explica Lesly Castellanos. “La administración del tiempo y actividades es importante, pues aparte del deporte, las y los jóvenes deben estudiar, comprar sus propios alimentos, pues muchos de ellos viven solos, viajar y hacer labores del hogar”. Llevar una agenda y tener disciplina para cumplir con las actividades, en el futbol no es una opción, se convierte en un bien necesario.

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Sé la capitana del equipo

Poseer estas habilidades, potenciarlas y ponerlas en práctica en diferentes contextos es lo que hace que una persona se convierta en una líder.

Es por eso que hay que entender que una persona líder no es quien posee un gafete o un nombramiento, sino quien tiene la capacidad de incluir, mover, orientar y motivar a un grupo de personas, y que, además, es coherente con lo que piensa, dice y hace. Lo que le dará credibilidad ante los demás, explican las entrevistadas.

Quien posea estas habilidades de vida, podrá conocerse mejor y saber cuáles son sus fortalezas y áreas de desarrollo: eso conlleva a un liderazgo completo.

“El liderazgo no viene del más grande o del que habla más fuerte. Ser líder es aquella persona que hace una autorreflexión y un entendimiento de su propio rol, lo que le permite apoyar a los demás dentro de su entorno y crear relaciones y diálogos en donde saque lo mejor de sí mismo y de todos a su alrededor”, explica Romina Calatayud.

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No te quedes en la banca

Ivonne Vargas, representante del Board Latam para The Workforce Institute, y autora del libro ¡Contrátame!, especialista en planificación de vida, carrera y desarrollo de currículum vitae, asegura que contar con estos life skills hace a las y los candidatos más atractivos para un reclutador.

“Estas fortalezas humanas son aptitudes que necesitamos para integrarnos, desarrollarnos y generar convivencia a lo largo de la vida. El deporte genera y fortalece esta interacción y emociones colectivas. Por lo tanto, quien practica un deporte, vive, siente y enfrenta estas emociones, primero, a nivel individual y, después, a nivel colectivo”, explica Vargas.

Al practicar un deporte, una persona podrá vivir frustración, ansiedad, miedo, tolerancia, perseverancia, felicidad. Emociones que también se viven en la vida cotidiana.

Cuando la persona se ayuda con otras fuentes como el deporte para desarrollar esas fortalezas humanas, la persona vive una emoción o un conflicto de manera diferente y lo puede resolver, solucionar y salir adelante.

Si bien, se recomienda iniciar un deporte a temprana edad, ya en la etapa adulta también se puede encontrar alguna actividad. Vargas sugiere elegir la emoción o área de oportunidad que se quiere trabajar para después elegir una actividad deportiva o física que ayude a habilitar esas soft skills y aplicarlas en la vida diaria.

Si quieres identificar qué fortalezas de carácter tienes desarrolladas, aplica de manera gratuita al siguiente cuestionario de Institute on Character: https://www.viacharacter.org/survey/account/Register