La discriminación de género en el consultorio puede poner en riesgo a las mujeres
Una encuesta muestra que las mujeres reportan ser más ignoradas por los médicos y más obligadas a probar sus síntomas.
CIUDAD DE MÉXICO. Las mujeres se sienten más discriminadas por su género en el consultorio médico que los hombres y consideran como grave este sesgo, al reportar con más frecuencia que deben demostrar que un dolor es real y al verse obligadas a aceptar diagnósticos con los que no concuerdan y por lo tanto, buscar otras opiniones.
Ese es el resultado de una encuesta nacional realizada en Estados Unidos del 22 al 26 de abril de 2019 por el sitio web de noticias Today.com, en colaboración con Survey Monkey, a 3,891 adultos ( 1,786 hombres y 2,105 mujeres).
De acuerdo con el reporte publicado por la plataforma periodística, 52% de las mujeres consideraron que la discriminación hacia los pacientes es un problema grave, contra 36% de los hombres que lo mencionaron. Además, 17% de las participantes sentían que fueron tratadas de manera distinta debido a su género, en comparación con solo 6% de los participantes que comentó lo mismo.
Ignoradas
La percepción de sesgo fue mucho más pronunciada en el caso de mujeres con enfermedades crónicas:
- 26% dijo que un proveedor de atención médica ignoró o descartó sus síntomas, contra 18% de los hombres
- 31% dijo que sentía que necesitaba "probar" sus síntomas a un proveedor de atención médica, contra 19% de los hombres
- 25% dijo que un proveedor de atención médica no se tomó en serio su dolor
Al ahondar por raza y edad, la encuesta mostró que las mujeres negras eran especialmente propensas a considerar la discriminación de género como un problema "muy grave" y que las mujeres entre 18 y 54 años diagnosticadas con una condición crónica o dolor reportaron los niveles más altos de discriminación de género percibida.
Además, las mujeres menores de 54 años con enfermedades crónicas fueron más propensas a decir que se sentían obligadas a aceptar diagnósticos con los que no estaban de acuerdo, y eran más propensas a decir que sentían que necesitaban buscar tratamiento fuera de la medicina convencional.
Estos datos revelan que existe una probabilidad considerable de que los sesgos de género (prejuicios inconscientes de género) pueden comprometer el diagnóstico y tratamiento de las mujeres, y con ello poner en riesgo su salud.
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Vacunas anti COVID y menstruación
La atención médica enfocada a mujeres, así como el impacto de los desarrollos médicos en las mujeres han sido un tema global en los últimos meses, luego de que millones de reportes de mujeres en todo el mundo sobre cambios en sus periodos menstruales tras haber recibido el esquema de vacunación contra el virus de COVID-19.
Entre esos cambios están, periodos irregulares, periodos más dolorosos o sangrados más abundantes. Entre la comunidad médica se ha explicado que estos factores pueden deberse al mismo estrés por el encierro y la pandemia. Lo cierto es que las vacunas de emergencia fueron desarrolladas sin hacer estudios específicos sobre la medida en que éstas podían modificar procesos hormonales en las mujeres.
En Estados Unidos los Institutos Nacionales de Salud anunciaron en agosto una inversión de 1.67 millones de dólares para ayudar a cinco equipos de investigación a estudiar los posibles efectos de las vacunas contra el COVID-19 en la menstruación.
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"Numerosos factores pueden causar cambios temporales en el ciclo menstrual, que está regulado por complejas interacciones entre los tejidos, las células y las hormonas del cuerpo", dijo el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano de los NIH, en un comunicado de finales de agosto, citado por CNN Español.
"Las respuestas inmunitarias a la vacuna contra el COVID-19 podrían afectar a la interacción entre las células inmunitarias y las señales del útero, provocando cambios temporales en el ciclo menstrual. Otros factores que pueden provocar cambios menstruales son el estrés relacionado con la pandemia, los cambios en el estilo de vida relacionados con la pandemia y la infección por el SARS-CoV-2 (el virus que causa el COVID-19)", señaló el instituto.
La doctora Jo Mountfield, vicepresidenta del Real Coleg
io de Obstetras y Ginecólogos del Reino Unido, dijo a CNN Español que es comprensible que las mujeres estén preocupadas por estos cambios y aunque hasta ahora no hay evidencia de que sean permanentes y, además, impacten en la infertilidad futura de las personas para tener hijos, apoyaba las solicitudes de las mujeres para entender si las vacunas realmente están haciendo cambios temporales en sus ciclos menstruales.
Por su parte, la doctora Victoria Male, especialista en reproducción del Imperial College de Londres, ha publicado un estudio en The British Medical Journal (BMJ) sobre el tema en el que menciona que las alteraciones del periodo se deberían a los mecanismos biológicos que estimulan el sistema inmune, "como la influencia en las hormonas que impulsan el ciclo menstrual, o las células inmunes del revestimiento del útero que están implicadas en la acumulación y degradación cíclica de este tejido".
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Y mientras no existan estudios mayores, no podrá saberse y las mujeres seguirán temiendo a la vacuna. Por ello dijo que los ensayos clínicos de las vacunas deben solicitar también información sobre ciclos menstruales y otros sangrados relacionados.
Otra doctora Kathryn Clancy también está dirigiendo un estudio del Departamento de Antropología de la Universidad de Illinois.
En España, igualmente, la investigadora Laura Baena dirige el proyecto Efecto de la Vacunación contra el SARS COV-2 en el Ciclo Menstrual de Mujeres en Edad Fértil. Proyecto Eva.
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