El empleo entre las mujeres creció en 2022, pero la precariedad laboral enfría el optimismo
Más de la cuarta parte de las mujeres trabajadoras en México se encuentran en condiciones críticas de trabajo, de acuerdo con datos del Inegi.
CIUDAD DE MÉXICO. Aunque la cantidad de mujeres que trabajan aumentó en 2022, más de la cuarta parte de ellas labora en condiciones precarias, es decir, en la informalidad, sin seguridad social y con bajos salarios.
En diciembre de 2022, la cifra de mujeres ocupadas llegó a 45.76%, lo se traduce en 1.15 puntos porcentales más que en el mismo mes del año inmediato anterior, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) realizada por el Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).
Aunque el dato podría parecer bueno, la realidad es que 26.17% de ellas se encuentra en condiciones críticas de ocupación, es decir, esa proporción de mujeres cumple con las características que el Inegi considera como riesgosas porque: 1) Trabajan menos de 35 horas a la semana por razones de mercado: 2) Laboran más de 35 horas semanales con ingresos mensuales inferiores al salario mínimo, o 3) Trabajan 48 horas semanales ganando hasta dos salarios mínimos.
Así, de las 24 millones 250 mil 875 mujeres que tienen un empleo, 6 millones 353 mil 729 están en condiciones críticas de trabajo. Es la situación que viven quienes trabajan solo algunos días a la semana como vendedoras, personal de limpieza, trabajadoras del hogar, meseras por evento, entre otras ocupaciones. También quienes tienen trabajo 'de fijo' con un salario muy bajo; entre ellas están muchas trabajadoras domésticas, emprendedoras y mujeres que se dedican a otros oficios. Esto, según el reporte Crece la Ocupación y También la Precariedad, de la asociación civil Frente a la Pobreza.
Del total de las mujeres que trabajan, 37.64% (8 millones 898 mil 672) gana apenas hasta un salario mínimo (frente a 24.78% de hombres en esa situación), según la ENOE. Por otra parte, 56.04% de las mujeres que trabajan lo hace de manera informal. Esto significa que 13 millones 250 mil 182 mujeres laboran sin tener ningún tipo de seguridad social como prestaciones para comprar una vivienda o servicios de salud. El dato prácticamente permaneció igual que en 2021 (56.41%), pero es más alto en comparación con el de la población masculina al cierre de diciembre pasado, cuando del total de hombres trabajadores, 54.12% se ocupaba en el sector informal.
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La misma ENOE indica también que de las mujeres que laboran, 59.74% no cuenta con servicios de salud; es apenas una débil disminución con respecto a la cifra de 60.25% de 2021.
La precariedad laboral ha persistido por décadas y es un fenómeno que afecta más a las mujeres, lo que ha generado una amplia brecha de género, es decir, una fuerte desigualdad entre mujeres y hombres. Esa brecha -desfavorecedora para la población femenina- se expresa en otros muchos aspectos; por ejemplo, entre los jóvenes sin estudiar, capacitarse o trabajar, donde el porcentaje para las mujeres en 2022 fue de 26.3% contra solo 9.7% de los hombres. Es decir, la brecha asciende a 2.7 veces, en perjuicio de las mujeres, de acuerdo con el informe Trabajo Decente en México 2005-2022: Análisis con Perspectiva de Género, elaborado por el Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección del IPADE Business School y Gentera.
Benjamín Alemán Castilla, profesor del área de Entorno Económico del IPADE, afirmó durante la presentación del reporte, que la pobreza laboral -definida como aquellos hogares donde el ingreso es menor a las líneas de pobreza- tiene un fuerte impacto negativo en el país y es necesario abatirla. Aquí, la brecha de género es casi inexistente; en el caso de las mujeres la tasa de pobreza laboral era de 37.7% en el primer trimestre del año pasado, mientras que para los hombres era de 37.8 por ciento.
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