5 sufragistas mexicanas que ayudaron a que el voto femenino fuera una realidad
La lucha de las mujeres por lograr los derechos políticos vio sus primeras acciones desde el siglo XIX.
CIUDAD DE MÉXICO. El 17 de octubre de cada año se recuerda en México como el día que las mujeres obtuvieron el derecho a votar y ser votadas, luego de que el entonces presidente, Adolfo Ruiz Cortines, promulgara las reformas constitucionales necesarias. Y fue el 3 de julio de 1955 cuando acudieron a urnas por primera vez. Pero lejos de ser un hecho que surgió de pronto, fue un largo camino el que recorrieron cientos de mujeres luchando por esos derechos y por la igualdad de género.
Al igual que sucedió en lugares como Inglaterra o Estados Unidos -donde se reconoce un movimiento sufragista muy fuerte-, en México mujeres líderes hicieron congresos, reuniones, mítines, manifestaciones, publicaciones, periódicos y todo lo que se les ocurría para ejercer presión sobre las autoridades.
“Desde 1824, un grupo de zacatecanas escribieron al Congreso que querían participar en la toma de decisiones, sin obtener respuesta. Posteriormente, en el constituyente 1856, 86 mujeres demandaron también su participación política. En la Revolución Mexicana las maestras normalistas, organizaron clubes políticos; formaron las primeras organizaciones feministas, lucharon por sus derecho civiles y políticos, por mejorar su condición económica y social”, explica el Museo de la Mujer en su sitio en internet.
Fueron muchas las mujeres que estuvieron detrás de esos movimientos. Por ejemplo, tan solo en el primer Congreso Feminista (1916) acudieron 617 mujeres; la mayoría eran escritoras o profesoras. Pero de todas las que lucharon, hoy en Dalia Empower recordamos a algunas de ellas que dejaron un importante legado.
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Laureana Wright
(1846- 1896)
Escritora, periodista, feminista y poeta. Se le considera precursora del feminismo. Desde sus publicaciones defendió la necesidad del voto de la mujer y dio a conocer a cientos de mujeres la importancia de éste.
Inició como poeta en diferentes clubes literarios donde recibió “nombramientos que muestran la importancia y el distinguido lugar que ocupó la escritora entre los académicos y literatos de la época, ya que estas sociedades literarias organizaban tertulias, debates y conferencias y disertaciones con la vanguardia cultural del país”, según indica la Comisión Nacional de Derechos Humanos en un artículo sobre su vida.
“Como mujer preocupada por la igualdad de las mujeres, e incansable luchadora por su emancipación, lego una amplia y rica obra en los diversos periódicos y revistas de la época; mediante sus escritos reiteraba la importancia de participación de la mujer en la educación, la cultura y la política, en el proceso de transformación de la sociedad; la escritura fue la herramienta que utilizó para poder llegar a diversos públicos”, añade.
En 1887 fundó la publicación Las Hijas del Anáhuac (que más tarde cambiaría de nombre a Las Violetas del Anáhuac), pionera en su tipo y que dio espacio a mujeres en una época donde ellas no tenían participación en periódicos. La publicación versaba sobre igualdad de género, sufragio femenino y otros temas como ciencias exactas.
Hermila Galindo
(1886-1954)
Una fuerte impulsora del voto de la mujer durante la época revolucionaria. Trabajó de la mano con Venustiano Carranza, por lo que, en su nombre, daba conferencias en todo el país y en el extranjero, difundiendo así las ideas carrancistas.
Era escritora. En 1915 publicó_ La Mujer Moderna_, “publicación creada y dirigida por ella, en la que se discutía la política nacional y otros temas considerados tradicionalmente de interés para las mujeres”, señala la Coordinación de Género de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Participó en el primer Congreso Feminista de Yucatán, en donde pronunció un discurso a favor de los derechos sexuales de las mujeres, lo que sorprendió y escandalizo en el contexto de esa época.
Desde su trabajo con Carranza impulsaba fuertemente la inclusión de las mujeres en el voto. Trabajó el tema en la Constitución Política en 1917; sin embargo, la carta magna no reconocía abiertamente ese derecho, aunque tampoco hacía énfasis en negarlo. Simplemente no contemplaba a las mujeres.
A pesar de ello, Galindo se presentó como la primera candidata a diputada federal en la historia del país. Se postuló por el V Distrito Electoral de la Ciudad de México. “Aunque no ganó la elección, sentó un precedente importante en la lucha por los derechos políticos de las mujeres”, señala la Secretaría de Relaciones Exteriores en su biografía.
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Elvira Carrillo Puerto
(1878-1968)
Maestra y poetisa que desde 1909 trabajaba en la causa antireeleccionista. Recorrió el estado de Yucatán en el Congreso Feminista y luego durante una serie de mitines para animar a las mujeres a sumarse por la causa del voto femenino.
En 1923 se convirtió en la primera mujer -junto a Beatriz Peniche y Raquel Dzib Cícero- en ser elegida como diputada local en Yucatán. Eso fue incluso antes de que el voto femenino fuera reconocido en todo el país o en las elecciones federales.
Sin embargo, un año después, tras el asesinato de su hermano Felipe Carrillo Puerto -quien era el gobernador de Yucatán-, recibió una serie de amenazas que la llevaron a renunciar y a exiliarse en Ciudad de México.
“Nunca retrocedió en su lucha por los derechos de las mujeres. Nunca dejó de lado su preocupación por las mujeres y los hombres mayas, ya que Elvia amaba esa lengua. Recorrió Yucatán de esquina a esquina con la esperanza de una transformación social profunda que erradicara la desigualdad, sin olvidar su lucha por el reconocimiento del voto a la mujer”, señala el Senado de la República en su página web.
Refugio 'Cuca' García
(1889-1973)
Maestra y revolucionaria oriunda de Michoacán que dedicó su vida a la lucha social. Se incorporó al Partido Comunista Mexicano desde 1919 y comenzó a trabajar de manera cercana a las mujeres y por la igualdad de género. Participó en varios congresos nacionales que se organizaron en la materia.
En 1935 comenzó a formar parte Frente Único Pro Derechos de la Mujer (FUPDM) del que fue secretaria. Esta fue la organización más importante en el tema. Fue postulada como precandidata a diputada federal por Uruapan en los plebiscitos internos del Partido Nacional Revolucionario (ahora PRI), pero éste dijo que no resultó ganadora, por lo que decidió ser candidata por la vía independiente.
Tras su postulación, el entonces presidente Lázaro Cárdenas y otras figuras políticas indicaron que no podía competir debido a que no había leyes al respecto.
“Las mujeres del Frente se movilizaron: organizaron mítines, manifestaciones, conferencias, llegaron a amenazar con quemar el palacio nacional y también iniciaron una huelga de hambre frente a la casa del presidente Cárdenas. Ante esta presión, en agosto de 1937, él prometió enviar al Congreso una iniciativa de ley para reformar el artículo 34 constitucional”, señala el Instituto Nacional de Antropología e Historia en El Estado mexicano y el sufragio femenino.
La reforma no sucedió en ese momento. Ella y Soledad Orozco participaron en esas elecciones y aunque el sistema reconoció el triunfo, no pudieron ocupar la curul. Sin embargo, sentaron un precedente en la lucha.
Amalia González Caballero
(1898-1986)
Maestra normalista, licenciada en letras y primera embajadora de México en el extranjero. Trabajó durante el movimiento revolucionario en distintas causas sociales.
Desde 1934 apoyó la campaña de Lázaro Cárdenas después de que él prometiera brindar el voto a las mujeres. Para 1938 le toca brindar un discurso de apoyo al entonces presidente, donde da por hecho el voto femenino; sin embargo, no se concretó porque fue rechazado y el tema quedó en el tintero.
En 1952 crea la Alianza de Mujeres de México para buscar el voto femenino, recolecta firmas y se las entrega al entonces presidente Adolfo Ruiz Cortines, lo que es el antecedente para la aprobación legal.
Sus logros no quedaron allí, pues ya había ocupado varios puestos diplomáticos que estaban relacionados con igualdad de género. En 1956 fue enviada como embajadora extraordinaria en Suecia y Finlandia. También fue la primera integrante del gabinete mexicano como subsecretaria de Educación para los asuntos culturales en la Secretaría de Educación Pública.
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