¿Por qué algunos líderes sociales -que llevan como estandarte una causa sostenible- nos inspiran, mientras que otros casi nos ponen de mal humor? ¿Cómo es que un líder logra captar la atención de masas enteras, mientras que otros nos hacen cabecear o simplemente no les entendemos? ¿Te ha pasado que cuando tomas la palabra sientes que tu equipo, tus clientes o tus socios no se entusiasman con tus ideas?

Entonces es momento de revisar tu narrativa. Tendemos a pensar que los discursos, textos, cartas, incluso los mails que enviamos deben tener un tono muy formal y que entre más largos sean, más profesionales se ven. Muchísima gente piensa todavía que entre más tecnicismos, palabras complicadas, incluso palabras en inglés, utilicen, más inteligentes parecen. ¿Te identificas?

Existen mil fórmulas para escribir textos y discursos, pero la verdad es que una narrativa potente debe salir de lo más auténtico de ti. No existen atajos para ser creíble, más que alinear cabeza, corazón y estómago. Y esa labor empieza mucho antes de empezar a escribir.

Estos primeros meses del año son ideales para empezar a definir, primero y antes que nada, cuál es tu propósito, tu razón de ser. Si quieres llegar un poco más lejos. puedes incluso definir un propósito que a su vez ayude a otros; que haga la diferencia en la vida de la gente.

Simon Sinek en su libro Empieza con el Por Qué, propone una fórmula que se resume en describir, por un lado, tu contribución al mundo, y por el otro, el impacto que tiene en otras personas. Por ejemplo, mi WHY es “potenciar la voz de los líderes que están cambiando al mundo para mostrar a otros mejores caminos”.

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Existen muchas maneras de encontrar tu propósito como el Ikigai, que presentaron Héctor García y Francesc Miralles en 2016;, la metodología Points Of You aplicada por Enrique Torres, o simplemente un análisis FODA personalizado. Cualquier técnica que utilices te ayudará a encontrar ese punto de partida para desarrollar tu narrativa personal.

Un líder sin propósito se distingue a kilómetros de distancia; un líder con propósito también. La autenticidad es el nuevo “deber ser” y nos permite dejar de competir para empezar a colaborar, cada uno con sus cualidades únicas y verdaderas. Los líderes de manual ya no son convincentes; los que se asumen como son a pesar de todo, generan confianza.

Estos 3 pequeños cambios en tu discurso lo harán más auténtico:

1 Si quieres que te escuchen, habla de ellos, no de ti. Deja de ser el héroe de la película. Deja de hablar de ti y tus logros y habla de las personas a las que ayudas, esas personas en las que generas impactos positivos.

2 Si quieres que te entiendan habla en su idioma, no en el tuyo. En la era del desarrollo sostenible, el cambio climático, la diversidad sexual y el metaverso, no dudes en traducir a un lenguaje común cualquier concepto que no existía hace 10 años.

3 Si quieres que te sigan, muestra el camino. ¿Tu discurso se limita a señalar el problema o a diagnosticarlo? Vuelve a redactarlo hasta que tenga un plan concreto y acciones puntuales que ofrezcan valor.

En resumen: deseo que este 2022 encuentres tu propósito más auténtico y que puedas reflejarlo en todos los aspectos de tu vida. Deseo que construyas una narrativa única y original que te haga sobresalir entre la multitud. Y sobre todo que confíes en ti y en tu capacidad de construir un mundo mejor.

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